27/8/08

Pregària: Després d'una estada a Assís...

Després d'una breu estada al poble de St. Francesc d'Assís i de rellegir el magnífic còmic de Mn. José Luís Cortés, Francisco el Buenagente, us deixo amb un dels quatre salms que el mateix Cortés escriu després de que Francesc es presenti amb els seus frares davant del Bisbe de Roma, en aquell moment Innocenci III. De tots quatre salms aquest és el que m'agrada més:


Lamnetaos ahora, hijos, por vuestra madre,
que olvidó tan deprisa sus amores primeros.

Ved como se ha mudado la suerte de la esposa.
Mirad la piel marchita, que fuera lozanía,
e intenta ahora con máscara de pinturas y ungüentos
prolongar sin lograrlo la juventud perdida.
Llorad, pues no hay afeites que oculten las arrugas
y su empeño patético certifica su ruina.

Nuestra iglesia es oscura. Languidecen los cirios
al compás de una música que recuerda al pasado.
Nuestra casa se llena de mujeres y de viejos
mientras, fuera los jóvenes se emborrachan de vida.
Llorad, los que la visteis bailando con los jóvenes
alegre entre los brazos del novio carpintero.

Los pobres no se sienten a gusto con nuestra iglesia.
Saben que no es lo suyo, que es un mundo distinto:
Ellos vienen de casas donde se toca el techo
y los templos son amplios, y las torres son altas...
Llorad, porque al principio la iglesia fue tan pobre
que no tenía donde reclinar su cabeza.

Por más que lo matice, la Iglesia es poderosa.
Forma parte importante y esencial del sistema
(y no para impulsarlo, como sal de la tierra,
sino siempre del lado de los conservadores...)
Llorad, ¡y no deis tregua a quienes buscan sólo
(so capa de católicos) sus propios intereses!

Nuestra Iglesia no tiene ni un rincón calentito
donde los marginados pueden pasar la noche.
Volverán sus ghetos con la amarga experiencia
de no haber encontrado en su madre cobijo.
¡Llorad por esta Iglesia que no consuela el llanto
y arroja de su casa los bienaventurados!

Los que van más aprisa, los que traen el futuro,
tuvieron que arriesgarse un día y sacudirse
el fardo de una Iglesia que vive de recuerdos
y ve siempre en lo nuevo peligros y amenazas.
(¿Qué artista, qué teólogo, qué letrado o científico
no ha inspirado sospechas si iba un poco adelante?
¡No es extraño que a veces se diga que estaríamos
mucho más avanzados a no ser por la Iglesia!)
Llorad, que no va tanta falta de fe en el hombre
con un Resucitado que todo lo hace nuevo.

Gente que no quieren dicen que son hermanos.
Gente en lucha de clases dicen: "La paz contigo".
¿Cómo puede llamarse "occidente cristiano"
a esta historia de crímenes, guerras y explotación?
Llorad por una Iglesia llamada a ser testigo
que solo se preocupa de no perder escaños.

Así, mientras la vida marcha por otro sitio
la Iglesia pasa el rato haciendo documentos
donde la fe consiste en pensar rectamente
y la esperanza es opio y el amor es un contrato...
Llorad, porque hace tiempo que ya no son cristianos
los que entregan la vida de verdad por los otros.

En fin: no es lo más triste una Iglesia traidora,
porque infieles a Cristo todos somos un poco.
Lo malo es que se arrogue la gracia en exclusiva
y diga que eso suyo responde al Evangelio.
(¿Cómo puede mostrarse al buscador de Cristo
la Iglesia, y señalarle: "Ahí tienes lo que buscas"?)

Llorad, pues, los que amabais a la esposa fecunda
y lamentaos, hijos por vuestra madre estéril.

Mn. José Luís Cortés
Francisco el Buenagente, Ediciones Paulinas 1981